Esta aventura pirata la elaboró el dibujante Fano para el verano pasado, pero nos puede servir para siempre, y más ahora con este Carnaval del Mar que nos está inundando el Cole. Ojalá nos sirva para acercarnos más a la Buena Noticia que Jesús nos trae a todos.
El dibujante nos invita siempre, y en este Carnaval, a la aventura de un barco pirata. Aventura de amistad, de encontrar tiempo para divertirse, descansar y también para orar, leer el Evangelio y compartir la fe.
No hace falta mucho equipaje para montar en el barco. No es necesario acumular. El verbo que necesitamos es “compartir”. Si se comparte se pueden tener experiencias nuevas, de gratuidad, de amor, de fraternidad… El compartir hace brotar energías positivas que construyen. La acumulación, la avaricia, el quererlo todo, destruyen.
En la “aventura pirata”, aventura con Jesús, queremos vivir un viaje especial en el que vamos a compartir lo mejor de nosotros mismos con los demás. Cualquier ocasión, y más si es festiva, nos puede ayudar a relajarnos y despertarnos a la gratuidad. En este hermoso barco pirata todo es posible.
En busca del tesoro. "Donde esté nuestro tesoro, allí está nuestro corazón"
En el viaje en barco pirata, vamos a la caza del tesoro. Diferentes son las indicaciones para llegar hasta él. Y en la Palabra de Dios encontramos las pistas para hacernos con el tesoro, para encontrarnos con Cristo.
Por el camino podemos despistarnos con mensajes falsos. No nos confundamos. Dejémonos conducir por el Padre.
La aventura del barco pirata es emocionante. Al final alcanzaremos el tesoro que se descubre en las botellas, que son las páginas del Evangelio.
¡Jesús, capitán del barco! Con Jesús de capitán en el barco de nuestra vida lograremos descubrir la paz auténtica, que es tarea y compromiso.
Necesitamos que Jesús nos enseñe a manejar nuestra embarcación, no de cualquier forma, sino con su estilo, su compromiso, su palabra profética, honda y comprometida.
En el centro del timón, el Amor, que es el que mueve todo lo que Jesús maneja. Conducidos por el Amor de Jesús llegaremos a buen puerto, con la ayuda del Espíritu.
Que nuestra vida sea tiempo para dejarnos conducir por Él.
¡En ruta! En nuestro barco pirata del Amor, vamos surcando los mares, en este Carnaval del Mar, y siempre.
El barco sabe a pan y a Eucaristía, a razas diferentes que conviven en armonía, a Espíritu que guía.
Pero el barco, la Iglesia, es también lugar donde las personas crecen, eligen entre el bien y el mal, son capaces de decidir libremente… Y a pesar de los fallos y limitaciones, los tripulantes no quieren elegir la ruta del mal, sino la que marca el Evangelio, como estilo del viaje de la vida.
Jesús, nuestro capitán, nos anima a continuar adelante, pero no lo hace con “medias tintas”. Él ha entregado su vida total y radicalmente. Ahora es nuestro turno.
¡A toda vela! Con Jesús, con el Papa Francisco, con tantos hermanos y hermanas que hacen del banquete del Reino banquete de mesa compartida con los que sufren y están desplazados. A toda vela, sintámonos alentados siempre por el soplo de Dios, que nunca deja de animarnos y de llevarnos a buen puerto.
Miremos a nuestro alrededor. ¿De quiénes estamos rodeados? ¿Hacemos algo por alguien que nos necesita? ¿Quiénes son los invitados a nuestra mesa? Dejemos que el soplo de Dios renueve nuestros manteles, nuestras mentalidades y nuestras invitaciones.
¡Tierra a la vista! El barco pirata llega a su destino. Durante una semana en el Cole estaremos surcando los mares y, después de una semana de fiesta y fuera de clase, llegará de nuevo el Cole y los ajetreos de cada día… Y, nuevamente, la Palabra de Dios nos sorprende animándonos a seguir siguiendo a Jesús, yendo tras sus huellas.
Fuente: http://blogs.21rs.es