Hoy es día de Santiago apóstol, patrón de Galicia y patrón de España también. Fue uno de los doce apóstoles de Jesús, llamado el Mayor para así diferenciarlo del otro apóstol Santiago, llamado el Menor.
A Santiago de Compostela van muchos peregrinos haciendo lo que se llama el Camino de Santiago, por diferentes motivos (Religiosos, turísticos, culturales...), por distintas rutas (Camino francés, Camino de la Plata...), y de varios modos (Caminando, en bici, solos, acompañados...).
Hacer ese camino, o esa peregrinación, marca mucho a las personas que lo hacen y hasta quieren repetir. Y es que es mucho más que un camino y que una meta. Es una escuela de vida y de valores cristianos.
Además de llegar y postrarse en la cripta donde se cree que está sepultado, pasar por la Puerta Santa, abrazar la imagen del Apóstol y expresar la fe en Jesús de Nazaret, es aprender a estar siempre en camino, es aprender a creernos peregrinos en este mundo y a vivir como tales. Es aprender a llenar nuestras mochilas de la vida con lo justo y necesario. Es aprender a abrirnos a otras personas y a otras culturas y a ser solidarios con los que hacen el camino de la vida con nosotros. Es saber adónde vamos y aprender a disfrutar y a sufrir durante el propio camino. Es aprender a ir disfrutando de la belleza del paisaje y de las obras de arte que nos encontramos. Es aprender a hacer silencios, a rezar, a escuchar nuestro interior y a escuchar a Dios. Es aprender a sabernos queridos y a creer que todo y todos podemos ser mejores.
Aquí les dejo dos enlaces interesantes:
Una visita virtual a la catedral de Santiago:
Una aplicación interactiva para Educación Primaria,
Educación Secundaria y Bachillerato,
con una serie de actividades formativas sobre el camino de Santiago:
http://www.educa.jcyl.es/educacyl/cm/gallery/Recursos%20Boecillo/camino_santiago/Index.htm
Uno de los símbolos del Camino de Santiago es la concha de vieira que pasó a llamarse “Concha de Santiago” porque, cuando los peregrinos llegaban a Santiago de Compostela, se les entregaba un pergamino, que les confirmaba como tales y se les colocaba sobre su sombrero y capa la concha de vieira, que demostraba su estancia en Santiago, al regreso a sus pueblos de origen.
Con esta ilustración de esa concha llorando, tenemos presentes en nuestro corazón a las víctimas del accidente de tren que iban a Santiago el año pasado, y expresamos nuestro deseo de que las cosas malas de nuestro mundo, como éstas, nunca más pasen ni vuelvan a pasar.
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