Este domingo empezamos un nuevo año litúrgico, el 2014-15.
El año litúrgico es la manera que la los cristianos usamos para presentar (=Dar a conocer y recordar), celebrar (=Festejar) la historia de nuestra salvación y hacer presente en nosotros esa salvación.
Por eso, los días y los meses para nosotros, los cristianos no pueden ser aburridos o tristes, sino festivos y llenos de regalos de Dios, ¡hasta los lunes!
Es un maravilloso recorrido por la Palabra de Dios que nos invita a ser protagonistas. Pero como la Biblia es bien grandecita, tenemos tres años para leerle enterita repartidas en tres ciclos: A, B y C... y vuelta a empezar.
Este año 2014-15 tocan las lecturas del Ciclo B.
Repetir las lecturas porque sí y sin más no tiene sentido. Se repiten de manera cíclica para darnos la oportunidad de ir creciendo y madurando nuestra fe y nuestro amor a Dios. Nuestra vida cambia y la manera de relacionarnos con Dios y de aceptar su oferta de salvación, o no, también.
Así que...
...¡¡MUY FELIZ NUEVO AÑO LITÚRGICO!!...
...con uvas de esperanza y amor.
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