Todos soñamos con mejorar muchas cosas de nuestra vida gracias a un golpe de suerte. Y eso es muy humano y nos ayuda a vivir.
Pero no debemos conformarnos con eso. Mucho más mejor es soñar con mejorar toda nuestra vida.
Y ahí no basta sólo soñar. Ahí ya es cuestión de esforzarnos por llevar a la realidad esos sueños nosotros mismos.
Y ahí tiene nada que ver con una posible suerte, sino en usar todo lo que Dios ha dado para llevar la vida a todo su esplendor; la nuestra, la de los demás y la del mundo.
Y así nos toca el premio gordo, y todas las terminaciones, a todos todos: Jesús y la vida en abundancia (=Vida de la buena).
¡¡¡FELICIDADES!!!
...Y A COMPARTIR.
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