Hablando se entiende la gente. Y Dios quiere que le entendamos y nos habla con su Palabra. Una Palabra que existe desde siempre y que es Palabra de Vida y de Amor, una Palabra que nunca calla y que es muy cercana porque se ha hecho carne de nuestra carne y ha acampado entre nosotros.
Y nos invita a dialogar con él, a que también seamos palabra de vida y de amor para los demás y a que acampemos entre nuestros hermanos, a que dialoguemos con ellos para que su Palabra sea música, no sólo en los oídos, sino también en nuestro corazón y en el corazón del mundo.
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