Cuántas veces estamos chungos de todo, todo nos duele y todo nos molesta, hasta nosotros mismos...
El pasaje del Evangelio de hoy nos presenta a Jesús en varias facetas de su día a día, y entre ellas en su faceta de médico y de medicina de Dios... para todo y para todos.
Todos necesitamos estar sanos de todo, no sólo de las enfermedades físicas, sino de todo aquello que nos daña como personas.
Y Jesús está a nuestro lado siempre que lo necesitemos para ello. Claro está, siempre que queramos y siempre que nos dejemos.
Aprendamos también de Jesús
a ser médicos y medicina de Dios
para tantos que nos necesitan.
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