Hoy es Domingo de Ramos, el día en que celebramos la entrada de Jesús en Jerusalén, el día que celebramos recibir y aclamar a Jesús como Salvador y Rey de nuestros corazones, un Rey distinto y especial que nos ama "demasiadísimo", y un Salvador que no va para nada de superhéroe.
Cada Domingo de Ramos, cristianos de todo el mundo reciben palmas en la iglesia para acompañar esta Misa especial y las suelen llevar a casa para conservarlas todo el año, tras el cual muchas se devuelven porque se usarán para quemarlas y así obtener la ceniza para el Miércoles de Ceniza del año siguiente.
Y en muchos lugares, estas palmas de hoy se convierten, además, en maravillosas obras de arte.
Aunque también, una maravillosa obra de arte para nosotros y para el mundo sería dejar entrar a Jesús en nuestras vidas y recibirle con las palmas y los ramos del Amor que Él quiere para todos. Entonces, hasta las piedras querrían cantar.
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