El pasaje del Evangelio de hoy nos muestra a Jesús presentándose como el Buen Pastor que nos cuida por amor, entregando su vida por nosotros. Y más que bueno. Jesús, en cuestión de amarnos, siempre se sale de lo normal, siempre va más allá.
Nos cuida y nos desenreda, no sólo de lo que nos hace daño a nosotros mismos, sino también de lo que nos aleja de los demás y no nos deja ver el daño que también sufren.
Nos cuida y nos invita a dejarnos cuidar, pero también nos invita a ser cuidadores, a ser buenos pastores capaces de dar la vida gratuitamente porque es el amor lo que mueve a ello.
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