En fechas cercanas a la fiesta de San
Cristóbal, patrono de los conductores (10 de julio) y en el inicio de las
vacaciones de verano, desde la Comisión Episcopal de Migraciones de la
Conferencia Episcopal nos saludan a todos los que por nuestra vida y
actividad estamos relacionados con la carretera: Camioneros, transportistas,
taxistas, motoristas, ciclistas, peatones, conductores de guaguas, de ambulancias, agentes de tráfico… así como a cuantas personas pasamos cada día buena parte de nuestro tiempo al volante por razones
de trabajo, necesidad o diversión.
El mensaje
para este año es “La Prudencia, guía experta para el camino”.
La
prudencia es una de las cuatro virtudes cardinales, junto con con la justicia, la fortaleza
y la templanza, y la han querido elegir como guía de la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico de 2015.
Nuestra sabiduría popular está llena de refranes sobre la prudencia cuando hablamos de este tema: “Lo importante es llegar”, “Vale más tarde que nunca”, “Las prisas para nada son buenas”, “Vísteme despacio, que tengo prisa”, “Dar tiempo al tiempo”… Por algo será.
Aclaraciones:
¿Qué es eso de la prudencia? Dicho "rápido y pronto", es ir con cuidado, y no sólo en cuestiones de tráfico, sino en todos los aspectos de nuestra vida.
¿Y qué es eso de las virtudes cardinales?
Una virtud es un comportamiento bueno y las virtudes cardinales son las más buenas de las virtudes. Son como las bisagras para las puertas. Son buenos comportamientos, fuertes y poderosos, que apoyan el que podamos hacer muchas cosas buenas.
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