Hoy hemos celebrado la fiesta de San Lorenzo mártir. Es un santo español muy famoso y popular que vivió en Roma allá por el siglo III. Era uno de los siete diáconos que estaban a cargo de dar ayuda a los pobres y los necesitados.
El oficio de diácono era de gran responsabilidad porque consistía administrar los bienes de la Iglesia y en atender a los pobres, distribuyendo limosnas entre ellos.
El prefecto de Roma era un hombre codicioso, que se creía que la Iglesia tenía una gran fortuna escondida y mandó a Lorenzo a que le trajera el tesoro de la Iglesia, a lo que el santo respondió que en tres día lo tendría delante de él.
Luego fue por toda la ciudad y reunió a todos los pobres y enfermos que encontró y se los puso delante del prefecto y le dijo: "Estas personas son el tesoro de la Iglesia."
El prefecto se enfureció y mandó matar a Lorenzo lentamente, de modo que sufriera mucho. El santo fue atado en la parte superior de una parrilla de hierro donde murió quemado vivo. La tradición católica dice que el santo mantuvo su buen humor, incluso mientras se estaba muriendo, ya que dijo: "Se puede dar la vuelta ahora, porque este lado está bien asado."
Se le considera santo patrón de los cocineros, de los bibliotecarios, de los cómicos y de los humoristas.
En general, sus imágenes tienen una cuadrícula (el instrumento que le causó la muerte) y una Biblia en sus manos.
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