Estamos en unos días de verano supercalurosos, demasiado calurosos...
Tenemos a nuestra isla de La Palma y a su gente sufriendo mucho a causa del incendio que aún sigue haciendo estragos...
Han empezado unos Juegos Olímpicos en un Brasil con muchísimos problemas y muy gordos...
Y mucha gente de nuestro mundo lo está pasando muy mal por muchísimas causas, demasiadísimas.
Y resulta que hoy es la fiesta de la Transfiguración del Señor, en la cual celebramos que sabemos ver a Jesús como lo que es, que sabemos vernos a nosotros mismos en clave de Dios, sintiendo lo que vemos con misericordia, y que sabemos lo que tenemos que hacer, desde ese saber y desde ese sentir, para intentar mejorar nuestro mundo como quiere Dios para todos.
Es una fiesta para no quedarnos quietos, embobados, sino para ponernos en marcha, con el corazón a tope de misericordia.
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