Hoy volvemos a recibir entre nosotros al Hermano Otoño. Sin que nos demos cuenta, se va colando en los rincones de nuestra vida, dispuesto a dejarse descubrir y a dejarse querer.
Va a estar aquí, durante un tiempito, ofreciéndonos su belleza y sus posibilidades de diversión y creatividad.
Con Jesús en nuestro corazón, te damos la bienvenida y te acogemos como la oportunidad que nos da Dios de crecer y madurar, dejándonos llevar por la brisa de su amor hacia los demás.
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