El pasaje del Evangelio de hoy nos habla de que el encuentro de Jesús con un hombre ciego y, además, pobre, nos ayuda a darnos cuenta de que Jesús quiere que todos veamos y tengamos posibilidades en la vida, pudiendo vivir de nuestro trabajo y no dependiendo de lo que otros nos den.
La historia del ciego Bartimeo es nuestra propia historia. Nosotros muchas veces somos el ciego. Pero otras veces nosotros somos también la gente que quiere que se calle el ciego. Y otras nosotros somos también los que le dan ánimo diciéndole: “Levántate, que te llama”.
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