Hoy los cristianos estamos celebrando una fiesta que le resulta rara a mucha gente no creyente o de otras religiones.
Resulta que estamos celebrando una fiesta donde, según ellos, estamos poniendo por las nubes (=Exaltando) un elemento de tortura donde, para colmo de los colmos, mataron de forma cruel a nuestro amigo Jesús.
Pero nosotros lo que exaltamos y ponemos por las nubes es el amor entregado de todo un Dios que se hace hombre y que entrega su vida por amor a nosotros, enseñándonos a hacerlo nosotros por los demás.
La cruz es el símbolo de ese amor que vence al mal y de la vida que vence a la muerte.
Ni Jesús buscó la cruz ni quiere cruces para nosotros. Lo que El quiere es que amemos a los demás y al mundo a tope, para que no haya más cruces. Pero, si amamos a tope, nos caerá alguna que otra cruz y lo que debemos hacer es buscar la mejor manera de llevarla con amor para que se convierta en símbolo de vida y no de muerte.
Los superhéroes llevan capa, Jesús una cruz... y nuestras cruces.
Por eso celebramos esta fiesta... y no estamos locos.
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