El pasaje del Evangelio de hoy nos habla de que las ganas de perdonar no deben acabar jamás y que nuestra capacidad de perdonar debe ser infinita.
Setenta veces siete quiere decir siempre de los siempres, hasta el infinito y más allá y dando la vuelta y volviendo a empezar. ¿Y por qué? Porque cuando se perdona el amor reina en nuestro corazón. Y porque nosotros también necesitamos reconocer que fallamos y que necesitamos perdón.
Este dibujo de Fano lo representa muy bien y Fernando Cordero lo explica igual de bien.
"Jesús tiene el “limpiador” del 70 veces 7 que no deja huella de suciedad, de mancha, de actitudes que empañan el gran amor que nos tiene."
Y Jesús, en eso, como en tantas otras cosas, es el primero.
Jesús nos dice que perdonemos siempre, siempre... ¿Por qué? Porque cuando se perdona se multiplica el amor en nuestro corazón.
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