El pasaje del Evangelio de hoy nos invita a agradecer y a poner al servicio de los demás los talentos que Dios nos ha regalado.
Cada uno de nosotros somos únicos y estamos dotados de diversos talentos. Esos talentos no son para esconderlos por miedo a perderlos o cometer fallos. Son para amar y mejorar la vida de los demás.
Debemos aprender a descubrir los talentos que Dios nos ha regalado y a ser talentosos para que se multipliquen. También debemos aprender a descubrir y valorar los talentos de los demás y a ayudarles a que ellos mismos los descubran y los desarrollen.
Boceto para Mt 25,14-30: "Los talentos encomendados" (c) GM Ehlert, 09.11.2011)
Ya con Dios está, como muchos que desarrollaron sus talentos para Dios y los demás, Chiquito de la Calzada, esa persona que se descubrió a sí mismo como un regalador de alegría con su talento para hacernos reir.
Muchos humoristas le han dedicado viñetas de despedida. Y nosotros le dedicamos, con ellas, este pequeño pero muy sentido homenaje.
No hay comentarios :
Publicar un comentario