Hoy es día de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús (=Una orden religiosa católica, cuyos miembros son los jesuitas, que trabajan por la evangelización del mundo, defendiendo la fe y la justicia, siempre en diálogo con distintas culturas y religiones), a la cual pertenece nuestro actual Papa Francisco.
San Ignacio nació en 1491. ¡Justo antes del descubrimiento de América!
Huérfano desde muy pronto, quedó al cuidado de gente muy importante de ese tiempo. La cercanía con la Casa Real y su dedicación a la carrera militar, hicieron de él un joven superficial y mundano (=Un pijo de aquella época).
Fue adicto a leer libros de caballería y sieeempre estaba soñando grandes hazañas caballerescas en honor de la Dama de sus sueños, que seeeguramente sería la hija del Rey.
En la guerra de España contra los franceses, éstos atacaron la fortaleza de Pamplona, donde Ignacio estaba como soldado. Fue herido de gravedad y estuvo a puntiiito de morir. Tardó mucho en curarse, lo que le obligó a tener un laaargo reposo forzoso en la casa nobiliaria de Loyola, donde no pudiendo encontrar libros de caballería con que entretenerse, tuvo que confooormarse con leer “La Vida de Cristo” y “La Vida de los Santos”, que le llevaron a “detenerse a pensar” y a decidir su conversión (=Un cambio de vida, de look espiritual).
Restablecido de su enfermedad, y con deseos de ir a Jerusalén, pasó por el pueblo de Manresa, donde permaneció unos ooonce meses en plan de oración, ayunos y penitencias, a lo largo de los cuales experimentó muchas vivencias que fueron, en parte, lo que inspiró sus Ejercicios Espirituales.
Años después, Ignacio llega a la Universidad de París donde realizó algunos estudios de Teología (=Sobre Dios y sus cosas) y en donde, con sus Ejercicios, logró la conversión de algunos de sus compañeros, con los que posteriormente fundaría la Compañía de Jesús.
Todo lo aprendido en sus vivencias lo quiso comunicar y compartir para que a los demás nos sea menos difícil el camino de la vida en su libro de los Ejercicios Espirituales.
Éstos son una propuesta, una invitación, de tipo espiritual. Se trata de dedicar unos días (Un mes, ocho días... u otras posibilidades), a buscar, en el silencio y la oración, a Dios y su voluntad para la propia vida. Es una escuela de oración, de escucha, en la que se invita a la persona a descubrir a Dios y su proyecto; y se le ayuda también a conocerse a sí mismo, con sus cosas positivas y negativas. Una propuesta que ha ayudado a muuuchísimas personas, a lo largo de cinco siglos, a ser más maduras como personas y como cristianas.
Ése, deeesde luego, no es un libro para leer, sino un camino para recorrer, normalmente acompañado por alguien que nos orienta en ello. Normalmente se hacen en Casas y centros de espiritualidad, en fases de distinta duración, aunque también cabe la posibilidad de hacerlos en la vida diaria.
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