UN ÁRBOL DIFERENTE EN ESTE OTOÑO

El martes fui a Santa Cruz y pude ver la obra que el escultor Julio Nieto está compartiendo con todos.

"El árbol de las emociones", "Lo llevo bien" y "Atlas" son sus títulos, que él mismo le ha puesto, y es que todos pueden valerle.

Es un árbol-hombre. Las piernas se unen con las raíces y de su cabeza salen unas barras-ramas con mensajes escritos que hablan de emociones que todos hemos experimentado y vivido en algún momento. Sus brazos se elevan hacia el cielo y parecen sostener el peso de esas frases que salen de él y se van más allá.

Lo que sentí al "verla" fue mucho. Es como si el autor reflejara en ella lo que saldría en un selfie íntimo que nos hiciéramos nosotros mismos. Y, por eso, me gustó pensar en las letras como hojas perennes que no caen en ningún otoño.

 

 

Muchas gracias, Julio.

 

El arte va más allá de conocerlo, verlo, copiarlo, colorearlo... Nos toca en todo nuestro ser y nos invita a hacer un alto en el camino para mirarnos nosotros mismos, para mirar el mundo de nuevas maneras y para tomar nuevas decisiones. Y, muchas veces, hasta  nos invita a sacar a la luz el artista que está en nuestro interior y nos anima a que creemos más arte, incluso con nosotros mismos.

 

Querido Dios,

gran artista nuestro,

somos tu gran obra de arte.

Ayúdanos a reconocernos como tales

y a hacer de este mundo

la gran obra de arte

que Tú esperas

y que todos deseamos

a través del amor.