El pasaje del Evangelio de hoy nos habla de nuestra misión como discípulos, como seguidores de Jesús, como sus amigos, como constructores del Reino, como cristianos.
Jesús nos envía no para mandar sobre las personas, sino para librarles de todo lo malo. Siempre libres de todo para anunciar el Reino donde quiera que estemos, con la confianza puesta en el Padre, pensando siempre en el bien de todos, sobre todo de los que más nos necesiten, siendo el rostro de Dios en este mundo y Buena Noticia de Amor... desde la sencillez más sencilla y siempre mejor en compañía que solos: Cuatro ojos ven más que dos, y dos corazones apostando por Jesús mejor que uno.
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