El pasaje del Evangelio de hoy nos habla de la necesidad de abrir nuestros oídos y nuestro corazón ante las necesidades de los demás; de la necesidad de abrir nuestra boca para hablar y no callar ante las necesidades de nuestro mundo; de la necesidad de abrirnos a la vida que hay dentro y fuera de nosotros; de la necesidad de abrirnos a Dios para saber escuchar y hablar con el corazón y con el amor que Jesús nos enseña.
Muchas cosas pasan en nuestro interior y en el mundo; muchas cosas nos pasan y le pasan a la gente; y la mayoría de las veces estamos sordos y mudos ante ello. Jesús se ofrece como bastoncito para limpiar las orejas de nuestro corazón y salir a llevar amor y justicia allí donde se nos necesita.
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