Hoy es día de San Francisco de Sales, a quien, en 1923, el Papa Pío XI proclamó patrono de los periodistas y escritores católicos.
Cuando él vivía, allá por el 1500, la gente en Francia estaba abandonando el catolicismo. Así que, cuando fue ordenado sacerdote, el obispo le pidió que trabajara para que los que estaban alejándose de nuestra Iglesia volvieran a ella. Entonces Francisco tuvo una idea. Publicó folletos con la doctrina de la fe y basados en la Biblia que repartía entre la gente y realizó este trabajo con reuniones, conversaciones y conferencias. Escribió miles de sermones, miles de cartas de dirección espiritual y numerosas obras.
¿Se lo imaginan hoy? Estaría en multitud de redes difundiendo la Buena Noticia de Jesús.
San Juan Bosco era un admirador suyo. Por eso, su congregación religiosa se llama "Salesianos".
Además de todo esto, era un santo supersimpático que decía cosas como, por ejemplo, ésta: “Un santo triste es un triste santo”. Y esto lo decía comprobando que la alegría y la risa deberían ser virtudes importantes entre los cristianos. Jesús nunca fue un tipo triste. Para nada. Sus palabras están llenas de vitalidad, esperanza y también de optimismo. Jesús convierte a los niños y a su forma optimista de vivir la vida en el modelo que deberíamos seguir quienes pretendemos llamarnos seguidores suyos.
Para saber más de este santo de manera simpática pueden pinchar en este enlace:
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