En el pasaje del Evangelio de hoy Jesús defiende la resurrección y la vida después de la muerte ante un grupo de saduceos (=Secta religiosa del tiempo de Jesús que negaba la resurrección).
Nuestro Padre Dios es un Dios de vivos y no de muertos.
Por eso creemos en la vida al 100% y la defendemos siempre de los siempres.
Por eso, sabemos que nada de lo que Dios ha creado muere, sino que se transforma para crear más vida.
Por eso, nos sabemos llamados e invitados a ser vida y a dar vida, con amor y misericordia.
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