El Evangelio de hoy nos invita a no apropiarnos de su mensaje, a no dar la espalda a las buenas ofertas que Dios siempre nos está poniendo a nuestro alcance y a que no seamos "asesinos" del amor, jugándonos nuestra propia felicidad.
Estamos en tiempo de vendimia en nuestra tierra canaria y puede que nosotros no recojamos uvas de las de verdad. Pero sabemos que si las viñas no se cuidan, poco fruto van a dar. Y si se cuidan pero no se comparte su fruto, éste morirá sin haber cumplido su destino.
Nosotros somos viñadores de la viña de amor de Dios -¡Viñadores del siglo XXI!- a los que necesita para ver y recoger sus frutos (Dignidad, amor, respeto, fraternidad, solidaridad, honestidad, justicia, paz, igualdad, bondad, alegría, humor...) y que den fruto en nuestro corazón y en el corazón del mundo.
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