sábado, 18 de febrero de 2017

LA PALABRA DE DIOS NOS HABLA DEL AMOR DE VERDAD, DEL QUE DA VIDA DE LA BUENA

La vida que llevo ahora me obliga a saltarme muchas cosas y a tener que encadenar en una sola publicación lo que debería estar colocado en su día, el que le corresponde por derecho.
Pero creo que los visitantes de este blog lo entienden y me lo perdonan, mucho más de lo que lo hago yo. ¡Y hasta el blog también!


El pasaje del Evangelio del domingo pasado nos hablaba de que la Palabra de Dios no es para fastidiarnos la vida, sino para que la vivamos más mejor.


Ese domingo era el Domingo de Manos Unidas, que nos "empuja" a colaborar para mejorar la vida de la gente que necesita de nuestra ayuda, con proyectos muy concretos en muchos países del mundo.




En medio de la semana nos cogió el 14 de febrero, el Día de San Valentín, santo del que ya hemos hablado, pero añadiendo como curiosidad que es considerado patrón de los apicultores (=Personas que se dedican al cuidado y cría de las abejas). La abeja y la flor eran y son consideradas símbolo de la fertilidad. Un artista ha representado así al santo.



Este día se celebra el Día de los Enamorados o el Día del Amor y la Amistad. Y ahí estamos todos, porque amar queremos amar todos. Cada uno a alguien o a algo. Y todos queremos ser amados.
Todos los cristianos nos sentimos amados a cada momento por el Amor de Dios, manifestado en su Hijo Jesús. Y sentimos que ese Amor tiene que llegar a todos, incluso a los que no aman, sino todo lo contrario.


Y, mira por dónde, el pasaje del Evangelio de mañana nos habla de amar a aquellos que nos fastidian la vida y rezar para que a ellos la vida también les vaya más mejor y encuentren que el amor es la única salida.



Las "cosas" de Dios son ésas y nos pide que nos apuntemos a su onda, por muy difícil que puedan parecer.

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