sábado, 25 de enero de 2014

LA LEYENDA DEL ARCOÍRIS

Les quiero brindar esta leyenda que anda por Internet y que nos enseña mucho, mucho, mucho sobre cómo lograr la paz.
 
Una vez, los colores riñeron porque todos decían ser el mejor.
El verde dijo: “Soy símbolo de la vida y esperanza. Cubro el campo y las hojas.”
El azul interrumpió: “Tú sólo piensas en la tierra, pero también debes pensar en el cielo y el mar. El agua es el fundamento de la vida. El cielo da espacio, paz y serenidad.
El amarillo dijo: “Ustedes son tan serios. Yo traigo risa y alegría. El sol es amarillo; al mirar un girasol todos sonríen... Sin mí no habría diversión.
El naranja replicó: “Yo soy el color de la salud y la fortaleza. Llevo las vitaminas más importantes; piensen en la zanahoria y naranja. Cuando lleno el cielo y el amanecer, o a la caída del sol, mi belleza es la más impresionante.”
El rojo gritó: “¡Soy el que gobierna! ¡Soy la sangre de la vida! ¡Estoy dispuesto a luchar por la causa! ¡Traigo el fuego de la sangre! ¡Soy la pasión y el amor!”
El violeta dijo: “Soy de la realeza, el poder. Los reyes, comandantes y obispos siempre me han escogido porque soy el símbolo de autoridad y sabiduría. La gente me escucha y obedece.”
Finalmente, habló el añil: “Soy el color del silencio. Difícilmente me notaré, pero sin mí todo sería más superficial. Represento el pensamiento y la reflexión.”
Los colores siguieron alardeando, cuando hubo un destello sorprendente. La lluvia comenzó a caer implacable, los colores se agacharon y con temor se acercaba el uno con el otro para abrigarse.
La lluvia dijo: “Ustedes, colores necios, luchan entre sí, cada uno tratando de dominar al resto. ¿No saben que cada uno fue hecho con un propósito especial, único y diferente? Tómense de las manos y vengan a mí.”
La lluvia continuó: “De ahora en adelante, cuando llueva, se unirán y cruzaran el cielo formando un gran arco de color como recuerdo que todos pueden vivir en paz.”
 
El arcoíris es símbolo de esperanza para el mañana, así que cada vez que la lluvia baña la tierra, un arcoíris nace en el cielo ayudándonos a recordar que Dios pide amarnos unos a otros.
Dios nos ha creado diferentes; pero, cuando estamos unidos, creamos la acuarela más grande, que, en las manos del gran Maestro, produce las majestuosa pintura de la unidad.
 
"He colocado mi arcoíris en las nubes, el cual servirá como señal de mi pacto con la tierra." (Génesis 9, 13)
"Cada vez que aparezca el arcoíris entre las nubes, yo lo veré y me acordaré del pacto que establecí para siempre con tos los seres vivientes que hay sobre la tierra." (Génesis 9,16)

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