QUERIDOS REYES MAGOS,
Aunque a muchos les pueda parecer fuera de tiempo, esta carta es para agradecerles todo lo que hacen por llevar la sonrisa a cada niño y a cada adulto que aún se siente niño desde que ustedes son el espejo de todas aquellas personas inteligentes, sabias, ricas que, sin renunciar a nada, saben buscar a Dios y encontrarlo en la sencillez y en la humildad de un niño pobre, nacido en un pesebre.
Es para agradecerles que se dejaran regalar por Jesús y que reconocieran que Él es el verdadero regalo que satisface todos nuestros deseos de salvación.
Es para agradecerles que sigan siendo Reyes Magos cada 5 y 6 de enero en cada casa, hogar , familia... y también allí donde no hay casa, ni hogar, ni familia... porque saben ser solidarios y se cuelan en el corazón de toda esa gente que vive la Navidad ayudando a los demás.
Y es para seguirles pidiendo siempre, porque siempre estamos necesitados de renovar nuestro corazón, de solucionar todo lo que va mal, de despertar al niño que llevamos dentro...
Mi carta, lejos de terminar aquí, no ha hecho sino empezar. Les advierto que va a ser muy larga, pero para cuando ustedes la vayan leyendo, se van a ir compinchando conmigo y haciendo alguito por llevar a la realidad esos deseos. Y yo tendré que compincharme con ustedes porque a mí también me toca ejercer de reina maga que sepa buscar a Dios siguiendo las señales del cielo y de la tierra, que sepa reconocerlo en los demás y que sepa dibujar sonrisas de salvación en las personas y en el mundo.
¿Hasta pronto? No. Hasta ahora mismito.
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