Jesús termina su etapa de crecimiento, formación y preparación para comenzar su misión: Traernos la Buena Noticia del Amor de Dios en su misma persona. También nosotros, con nuestro bautismo de la mano, estamos llamados a ser buena noticia para los demás y para el mundo.
¡Ah! Y aquí se termina el tiempo litúrgico de la Navidad, pero no su espíritu ni su mensaje. Por eso, despedimos este tiempo sin tristeza y con mucho humor.
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