El pasaje del Evangelio de hoy nos habla de un Jesús que no busca la fama ni el reconocimiento, lo que busca es cumplir la voluntad de su Padre. Decían de él que era un "simple carpintero". ¡Cómo si lo de ser carpintero fuera algo sencillo! Muchos de ellos hacen maravillas, desde un "sencillo" mueble hasta verdaderas obras de artes.
Pero la gente que decía esto de Jesús lo decía por otra cosa muy distinta. No reconocieron que Jesús era, y es, un carpintero de Salvación: Con su persona, su vida, su mensaje, su entrega... talla nuestro corazón y nos fabrica un trampolín que nos lanza hacia muchas direcciones: hacia Dios, hacia el amor, hacia la justicia, hacia el humor... Y su sabiduría le viene de ser un Dios de amor.
Como siempre,
muchas gracias a Patxi Velasco (FANO)
y a Fernando Cordero.
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