domingo, 23 de agosto de 2015

JESÚS AMA, NO AMARRA

El pasaje del Evangelio de hoy nos habla de que a veces las palabras de Jesús escandalizan a algunos tanto como consuelan a otros. Él quiere lo más mejor para todos, pero siempre que nosotros queramos. Estamos invitados a ser elevados hacia lo más mejor de nosotros mismos, nunca obligados. Él ama, nunca amarra. A nadie de nadie.  Muchos se alejan y otros nos agarramos a Él con todas nuestras fuerzas, aunque muchas veces también nos alejemos. Pero tanto unos como otros tenemos la puerta siempre abierta para volver. Y más cuando descubrimos que Su Palabra es la que nos da Vida verdadera.



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