viernes, 16 de mayo de 2014

15 DE MAYO: DÍA DE SAN ISIDRO LABRADOR

Ayer fue día de San Isidro Labrador, un santo que nació hacia el 1080 y fue bautizado en la parroquia de San Andrés, en Madrid, y que es el santo patrono de muchos lugares, entre ellos La Orotava.
 
 
Fue pocero (=Buscador de agua), oficio que hizo al parecer con éxito, y que atrajo sobre él la mirada de una rica familia que le puso al frente su sus tierras.
Al poco de encontrar este empleo, y en una fiesta, conoció a María Toribia (más tarde Santa María de la Cabeza) y se casó con ella.
La jornada de San Isidro comenzaba a las 4 de la mañana asistiendo a misa en San Andrés y luego marchaba al campo. Su vida, como la de tantos labradores, se la pasó encorvado sobre la tierra y el corazón puesto en el cielo, pidiendo el agua necesaria para sus campos, o deseando que no cayese la piedra -el pedrisco- sobre las recién salidas espigas. En la mesa de su casa siempre se ponía un plato de más por si algún necesitado llamaba a sus puertas.
Alrededor de esta vida sana, sencilla y piadosa nació una leyenda, verdadera o falsa, de San Isidro, donde parece que le pasaban cosas muy raras. Eso no importa.
Lo que importa es que Isidro fue fiel a Dios, fiel a los hombres y fiel a un trabajo que nunca le esclavizó. Porque el trabajo cuando se mira a la persona por quien se hace, no es esclavitud, sino servicio y amor. Como la creación, el gran trabajo de Dios, que es simplemente el amor de Dios hecho visible. Así nuestro trabajo es también nuestro amor hecho visible.
Hoy, cuando muchos quisieran tener un trabajo digno para poder vivir y servir a los demás con sus cualidades, por unas causas o por otras, muchos de los que lo tienen no aman su trabajo. Y pasa que si no se ama el trabajo se hace mal y sólo da como resultado chapuzas que no sirven para nadie ni para nada.
Hay trabajos que se destacan por ser un servicio a los demás, y que vividos como servicio deben llenar de ilusión y alegría una vida. Así son la medicina, la enseñanza y todos los servicios dedicados a mejorar y embellecer el nivel de vida de los demás.
Y hay otros trabajos sin brillo, monótonos, desapercibidos, que son, tal vez, la mayoría, pero que también sirven para construir un mundo mejor para todos: El que está detrás de una ventanilla o de un mostrador, o el trabajo que se realiza en la casa, o el alumno que hace todo lo posible por aprender... Todos los días iguales al anterior y seguidos por otros siempre iguales. Monotonía, ocultamiento y silencio. Pero no olvidemos que todo lo verdaderamente grande se hace en silencio y que en ese silencio también está Dios.
 
(Texto tomado http://www.betania.es/2-homilia.htm, y readaptado para este blog) 
 
GRACIAS, SAN ISIDRO,
POR ENSEÑARNOS A LABRAR EL CAMPO DE NUESTRA VIDA.

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